Las cucarachas avanzan
acera arriba
anunciando el verano
Pronto los mosquitos revolotearán
las madrugadas de tu cuarto
intimidantes
Te sentirás indefensa
en tu acalorada desnudez
A las horas de las comidas llegarán
puntuales
todas las moscas
de colores repugnantes
frotando sus patas sobre tu almuerzo
Huirás
desearás correr
Los montes estarán ardiendo
inhabitables
Las playas
repletas de kinkis, bugueros, tatuados y ruido
mucho ruido
Desearás construir un paraíso
un silencioso y fresco zulo
donde asfixiarte en la intimidad.
La culpa fue de Bukowski (1).
Que nadie se confunda, no es más que un juego, amo el verano.