oportunidades

Qué buena oportunidad para parar
para quedarnos sin disculpas y afrontar todo lo pendiente:
leer, peliculear, jugar, hablar, guardar silencio… mirarnos a la cara.
Qué buena oportunidad para recuperar la sanidad pública
para redistribuir la riqueza, esta vez de forma justa
para socializar las plusvalías
para que nadie viva a la intemperie
para que todas comamos calentito. O ensalada, si apetece.
Qué buena oportunidad para dar valor a lo que realmente vale
para liberarnos de lo superfluo
para retrenzar solidaridades y cuidados.
Para comprobar cuánto nos sobra
que para vivir bien no hacía falta tanto.
Qué buena oportunidad para constatar que los peligros de la dependencia económica no eran un mantra
que el cemento no se come
que la agricultura de kilómetro cero es más que necesaria.
Qué buena oportunidad para curarnos la arrogancia
para demostrarnos
una vez más
que nunca fuimos la cúspide de las especies
que la naturaleza sabe lo que se tiene entre manos
y no olvida sus facturas
Que la pandemia somos nosotrxs
y nos toca sanarnos.
marzo 2020

anhelos

amores sin nombres
abrazos sin miedos
calor sin precio
miradas brillantes

paseos sin rumbo
sexo sin prisas
saltos sin vértigo
amaneceres y risas

compañías sin hipotecas
conversas sin censuras
sentir sin peros
soñar sin planes

La dimisión en bloque de las taxonomías
hartas de su inutilidad
deciden inmolarse en público

Actos de fe

Se está acabando la misa.

En breve finalizarán las procesiones, desmontarán los púlpitos y quienes se hagan con un pedazo del altar se darán otra vez la vuelta, volverán a dar la espalda a sus feligreses.

Borrarán la versión amable de sus rostros y recuperarán el latín como lengua oficial, sin preocuparse de que nadie les entienda.

Claro que, no dejarán de pasar su cepillo, para que sigamos financiando su pan, su vino, sus palacios y sus fiestas.

Si vas a misa el domingo, elige bien a quien te engaña, el cielo que te promete, la vida que te da.

historias de frenopático

En la misma planta donde convive un  hombre que traga cuchillos y cucharas con otro que llegó hablando un dialecto árabe que ni él había escuchado jamás, en el pasillo donde un joven echa broncas a los dioses por permitir tanta corrupción política y económica, en esa zona del centro sanitario donde está el tradicional Napoleón, vive también un anciano que saluda a las mujeres cantando el cara al sol con la derecha en alto, al que no se puede interrumpir porque vuelve a empezar hasta llegar a la última nota y, acto seguido, las llama putas y guarras con el mayor de sus desprecios.

En ese lugar hay un hombre que cree ser Franco y cada mañana, puntual, manda fusilar a todo el personal sanitario. En el mismo espacio, un joven se siente miliciano republicano. Cuando los dos se cruzan, se hace el silencio en la planta y algunos internos se pasan el índice por el cuello… La sangre se hiela.

Algo me dice que este país no ha pasado página.

alturas

escalera

Desde lo alto de una escalera

a la gente se la ve pequeña.

.

Si te columpias fuerte

te parecerá que la vida no salpica

a ti no

solo al resto

.

Si no atraviesas el espejismo

ni te miras los pies de barro

la vida no va contigo

hasta creerás en el destino y el azar

como únicos motores del mundo

de la humanidad

del universo

.

Desde el exterior del laberinto

se ve muy clara la salida

.

Si todo te vino resuelto

argumentarás que los problemas no existen

.

Desde lo alto del columpio

teorizarás sobre el vaivén y el devenir

sin ensuciarte los zapatos

.

Te costará ver que tus cadenas también se oxidan

Cartón piedra

Disparamos desde la orilla a quienes huyen del hambre. Apaleamos a las personas que trepan por las vallas de nuestras fronteras del Sur. Solo las del Sur.

Nos hablan de transparencia desde una pantalla de plasma. Sin preguntas. Sin respuestas. Prometen lo que al rato desmienten. Ni las imputaciones los separan de los cargos públicos, vuelven a presentarse a las elecciones con las manos sucias, como si aquí no pasara nada.

El partido del Gobierno blanquea dinero en paraísos fiscales, se compara con una ONG y se reparten el botín en sobres sin nombres. La Fiscalía silba, cegata, no encuentra indicios, mientras retiran a los jueces que remueven sus cimientos putrefactos.

Impiden las energías renovables para beneficiar a las multinacionales que nos vampirizan y contaminan, las que les contratan y les dan despachos cuando se les acaba el chollo público.

Jóvenes encarcelados por denunciar la falta de trabajo. La universidad cada vez más cara, más lejos, más privada, más inútil.

Los bancos cubren sus pérdidas con el dinero de la ciudadanía, la misma a la que les quitan las casas, el trabajo, las becas, los medicamentos…

Esto no es un cuento, mucho menos poesía. Es esta democracia de cartón piedra, la nuestra, la que permitimos. No sé ustedes, pero yo necesito soñar otras realidades posibles, seguir creyendo que los derechos humanos no son utopía. La perfección es inalcanzable, pero es vital seguir buscándola. Si no, para qué?

no me lo agradezca, señora Capriles

Me entero por la prensa, qué importancia la mía, de lo agradecida que está conmigo Mitzy Capriles. Conmigo y con ustedes, con toda la población canaria, al parecer. No me gusta tener acreedores, tampoco deudores, mucho menos si desconozco los motivos, así que me empeño en aclarar el origen de esta inesperada gratitud de la pareja del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, detenido por presunto integrante de la trama golpista en Venezuela.

Capriles repite la cantinela de llevar la democracia a su país, la misma con la que EEUU ha invadido tantos pueblos del planeta. Ocurre esta vez que el partido que gobierna en Venezuela, el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), ha ganado 20 convocatorias electorales, de las que numerosos observadores internacionales han dado fe de sus sobradas garantías democráticas. Entre otros, el expresidente norteamericano Jimmy Carter y observadores de la Unión Europea, nada sospechosos de simpatizar con el chavismo, lo han considerado “el mejor sistema electoral del mundo”, que no es poco.

Tanto Antonio Ledezma como, el también detenido, Leopoldo López han manifestado abiertamente sus intenciones de derrocar a Maduro por cualquier vía, ya que en las urnas no reciben el apoyo de la ciudadanía. Las acusaciones de intentonas golpistas, por tanto, no resultan descabelladas.

A estas alturas, la señora Mitzy Capriles y sus agradecimientos poca gracia me están haciendo. Sigo buscándole alguna lógica a su manifiesto amor por estas ínsulas y leo que lo dirige especialmente a Tenerife, donde el Cabildo Insular aprobó recientemente, a propuesta del Partido Popular (PP), un acuerdo institucional -suscrito por el tripartito CC, PSOE y PP- que pide libertad de expresión no violenta en Venezuela, citando expresamente a los opositores Leopoldo López, Daniel Ceballos y Antonio Ledezma. Los dos primeros encabezaron las manifestaciones violentas de 2014 que se saldaron con 43 asesinatos y más de 800 personas heridas, bien instigando a la violencia o por dejación de sus funciones como alcaldes, impidiendo la intervención policial. El historial de Ledezma es difícil de resumir, reúne bajo su mandato denuncias por asesinatos, masacre en la prisión Reten de Catia, malversación de fondos públicos… Además, ahora la Fiscalía venezolana lo acusa de estar implicado en la intentona golpista recientemente desmontada.

Llegados a este punto, más que la sonrisa de la señora Capriles, lo que me preocupa es la relación de la corporación insular con estos personajes, como poco, siniestros. A priori, no resulta extraña la identificación del PP con la llamada Voluntad Popular, la oposición venezolana. Su ideólogo, José María Aznar, no ha perdido ocasión para tildar de dictador al presidente elegido por las urnas y hasta para llamar a la intervención internacional contra Venezuela. Mientras, él mismo hacía negocietes con Gadafi y el PP avala al dictador marroquí, por poner solo algunos ejemplos. Conocidas son sus ínfulas de estratega internacional y sus desastrosas consecuencias.

Del PSOE me llama la atención, ya no que Felipe González sume, a sus muchas asesorías, la de Henrique Capriles. Tampoco que Pedro Sánchez desee que los próximos comicios en Venezuela sean limpios y transparentes, mientras el ex Zapatero anda de Foros en el Sáhara ocupado por Marruecos. Lo que realmente me sorprende es que el alcalde de Icod de los Vinos, Juan José Dorta, un municipio tinerfeño con 3.435 vecinos demandando empleo, un 45% de su población activa, no tenga tarea más urgente que acudir a Madrid a reunirse con la pareja del detenido alcalde de Caracas.

De Coalición Canaria, como dirían Tip y Coll, hablaremos la próxima semana. Su papel de bisagra les lleva a estar en cualquier fregado, en estos y en los opuestos, con tal de mantener su razón de ser, el poder.

Y llegados a este punto, deduzco que es precisamente ése, el poder, lo que hace confluir a las tres formaciones políticas omnipresentes en Canarias en esta embestida contra la ciudadanía venezolana, que ha elegido en repetidas ocasiones, democráticamente, al PSUV para que le gobierne. Venezuela y el chavismo han entrado de lleno en las muchas campañas electorales que celebra el Estado español en 2015. Su identificación con Podemos y otras fórmulas organizativas que amenazan el bipartidismo español y el tripartidismo isleño, convierten el país americano en aliño habitual de debates, tertulias y demás telebasuras.

Por su parte, no olvidemos que en nombre de la democracia y los derechos humanos, EEUU ha invadido medio planeta. En este país, en estas islas, esos mismos derechos se violan a diario (aporrean y devuelven en caliente a inmigrantes, se desahucia a personas de sus viviendas, se recortan servicios sanitarios, educativos…), sin que a estos abanderados del antichavismo se les arrugue ni un pelo de la ceja, más bien al contrario.

El sabio Pepe Mujica, expresidente de Uruguay, con su sorna habitual, aseguraba que quien considera a Venezuela una amenaza para EEUU “debe andar pasado de la manija”, que “ya estamos podridos de que se metan en asuntos internos de los países de la región”. Pues eso.

En lo que a usted respecta, Mitzy Capriles, puede ahorrarse los agradecimientos.