Se está acabando la misa.
En breve finalizarán las procesiones, desmontarán los púlpitos y quienes se hagan con un pedazo del altar se darán otra vez la vuelta, volverán a dar la espalda a sus feligreses.
Borrarán la versión amable de sus rostros y recuperarán el latín como lengua oficial, sin preocuparse de que nadie les entienda.
Claro que, no dejarán de pasar su cepillo, para que sigamos financiando su pan, su vino, sus palacios y sus fiestas.
Si vas a misa el domingo, elige bien a quien te engaña, el cielo que te promete, la vida que te da.