Hay días en los que la tripa se me encoge
así, por su cuenta
Y con ella, se diluyen todas las verdades
las que levanto a pico y pala
intentando solidificar la existencia
en busca de un fortín en el que parapetarme
donde sentirme a salvo
viendo pasar lo que pasa allá afuera
Hay días en que las verdades y las piernas me tiemblan
Los miedos se apoderan de mis previsiones
y me quedo sin recetas ni casillas de salida
desde donde volver a empezar
Solo busco un rincón oscuro en el que desaparecer
una escondite insonorizado
al que no lleguen los ladridos
ni sus ecos
Ni el pitido del vacío
del sinsentido
Hay días en los que no me cabe el traje de mis propias mentiras
la coraza que diseño para seguir adelante
corriendo a la siguiente página del puto calendario
PD
Qué manía tiene la gente por seguir viviendo
por vivir eternamente
hay días que les entiendo todavía menos