
La encontró en un chat y se quedó a dormir.
Compartieron ronquidos, pies fríos y soledades.
Abismos y otras náuseas.
Al amanecer se despidieron.
Cada uno envuelto en su propio silencio.
Lo dijo Carlitos Marx en El Capital, en 1867.
Lo recordó Cayo Lara, nuevo coordinador general de IU, el pasado fin de semana en su primera reunión del Consejo Político de su formación.
Entre dos lugares, una genialidad de María Eugenia Arteaga:
(((publicado aquí sin permiso, pillado de you tube)))
La vida se le iba vigilando las andanzas de su hijo, un anciano que siempre fue niño, que se dejaba enredar por las burlas de la tienda de la esquina, entre buche y buche de ron.
Tuvo más hijos. Cuentan que algunos los perdió en las noches de los años treinta. Unos golpes en la puerta y se los llevaron para siempre, denunciados, dicen, por un vecino de la misma calle con el que tuvo que cruzarse cada uno de los días del resto de su vida.
Mariquita hacía suspiros. Horneaba claras de huevo batidas con mucho azúcar y las vendía entre los vecinos.
Yo era muy pequeño cuando murió. Recuerdo el sabor de su repostería crujiente y su cabeza asomada por el hueco de la puerta de su casa que, como todas las del barrio en aquellas fechas, estaban siempre abiertas.
La familia entera se preparó para la gran expedición.Habían decidido aventurarse juntos en busca del Fin de Mes.
La primera decisión fue no utilizar equipajes especiales. Nada de gastar ni un céntimo en trapitos ni prototipos estéticos.Así que, hala, adelante con lo puesto.
La aventura no estaba lejos. Cero costes en medios de transporte.La odisea se vive dentro de la misma casa.
Hace días que partieron. Nadie ha tenido noticias suyas. Hoy es día 4, pero ánimo, que febrero sólo tiene 28 días.
La comunidad internacional les compensó haciendo la vista gorda a su invasión de Palestina, donde parecen resarcirse de su pasado de víctimas, reproduciendo métodos y matanzas, para ser ahora los asesinos.