gente rara

Quienes habitan esa casa son gente rara, no son como el resto del barrio. Son de esa extraña clase de personas que dan los buenos días y sonríen. Ayudan a cruzar a las ancianas y hasta les llevan las bolsas de la compra.

Dejan las puertas de su casa siempre abiertas y cuando encuentran animales abandonados, los adoptan.Viajan en transporte público o, peor, caminan y se trasladan en bicicletas. Toman el sol en la azotea y para calentar el agua. Se alegran cuando pega el viento, disfrutan viendo sus molinillos alocados.

En esa casa nunca van a la iglesia pero, cuando llegan las fiestas salen a decorar las calles, organizan conciertos y juegos en la plaza, hasta reparten bocadillos de colores y golosinas.

El barrio les mira con desconfianza. Nadie les da conversación, pero se les oye hablar con calma, jamás gritan y aportan ideas que nadie ha escuchado nunca antes.Desde el botaguas de su tejado a veces salen nubes.

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