anhelos

amores sin nombres
abrazos sin miedos
calor sin precio
miradas brillantes

paseos sin rumbo
sexo sin prisas
saltos sin vértigo
amaneceres y risas

compañías sin hipotecas
conversas sin censuras
sentir sin peros
soñar sin planes

La dimisión en bloque de las taxonomías
hartas de su inutilidad
deciden inmolarse en público

hoy no

Hoy no te evitaré
No huiré de tus angustias

No correré a airearme
a ahogarte con paseos
perderme en los bares
enredarme entre amistades
no perseguiré luciérnagas ni coqueteos
por distraerme entre sudores y sexos

Tampoco tiraré de tarjeta
para alienarme en escaparates teledirigidos

No me sumergiré en vidas ajenas
libros
películas

Ni siquiera esconderé la cabeza bajo la marea

Hoy te miraré a la cara, SINSENTIDO

Cartón piedra

Disparamos desde la orilla a quienes huyen del hambre. Apaleamos a las personas que trepan por las vallas de nuestras fronteras del Sur. Solo las del Sur.

Nos hablan de transparencia desde una pantalla de plasma. Sin preguntas. Sin respuestas. Prometen lo que al rato desmienten. Ni las imputaciones los separan de los cargos públicos, vuelven a presentarse a las elecciones con las manos sucias, como si aquí no pasara nada.

El partido del Gobierno blanquea dinero en paraísos fiscales, se compara con una ONG y se reparten el botín en sobres sin nombres. La Fiscalía silba, cegata, no encuentra indicios, mientras retiran a los jueces que remueven sus cimientos putrefactos.

Impiden las energías renovables para beneficiar a las multinacionales que nos vampirizan y contaminan, las que les contratan y les dan despachos cuando se les acaba el chollo público.

Jóvenes encarcelados por denunciar la falta de trabajo. La universidad cada vez más cara, más lejos, más privada, más inútil.

Los bancos cubren sus pérdidas con el dinero de la ciudadanía, la misma a la que les quitan las casas, el trabajo, las becas, los medicamentos…

Esto no es un cuento, mucho menos poesía. Es esta democracia de cartón piedra, la nuestra, la que permitimos. No sé ustedes, pero yo necesito soñar otras realidades posibles, seguir creyendo que los derechos humanos no son utopía. La perfección es inalcanzable, pero es vital seguir buscándola. Si no, para qué?

todo por ganar

Aquel hombre vivía en medio de la nada. Nada por aquí. Nada por allá.

Llevaba consigo muy pocas cosas, aunque arrastraba una enorme sombra que revoloteaba tras de sí: su colección de palabras aladas, aladas y parlanchinas, que le murmuraban historias increíbles a las que se acurrucaba antes de desplegar sus sueños.

Tenía sueños de todos los tamaños y colores. Bien doblados, los llevaba en su viejo carrito de la compra, ordenados  por texturas y utopías. Alguna vez, al sacarlos, sorprendía algún imposible arrugado. Esos días eran los peores, porque no descansaba hasta dejarlos perfectamente almidonados, como el que más.

Todos eran importantes, los de arriba y los del fondo del carrito, aunque algunos iban quedando tan abajo, que le resultaba imposible alcanzarlos, ni siquiera para airearlos.

Los había especialmente caprichosos. Sueños exigentes como niños malcriados, que pataleaban en cualquier lugar hasta ganar toda su atención, sin descansar hasta adormecerlo.

También los llevaba excitantes, rebosantes de abismos y picardías. Cíclicos e insistentes. Terroríficos y agotadores, de esos que garantizan un despertar aún más cansado que el comienzo. Ensoñaciones monocromáticas, infinitamente aburridas…

De todos los tipos, duraciones y ambiciones, pero solo sueños. Ése era su capital, palabras aladas, historias increíbles y puro sueño. Un reino onírico.

Por eso, cuando los hombres de corbata vinieron, de puerta en puerta, buscando cosas que revender, no supieron qué arrebatarle. No tenía nada que hipotecar, solo sueños por alcanzar. Todo por ganar.

carrito

ya

piscina vacía2

Y si suelto los amarres del pánico

si me entrego al viento de la risa?

Y si pongo punto y final al callar

vocalizando el nombre de cada cosa

saboreando el silencio sin simular olvido?

Y si dejo de esperar la ocasión

la idolatrada

esa que nunca llega

la que está siempre por venir?

Y si despierto ya para vivir los sueños?

Si hago lo que me da la gana, lo que siempre quise?

Y si por fin me entrego a la vida,

ahora que se acaban los tiempos?