Amaneció el día cubierto
Nubes oscuras lo techaban todo
o casi todo
Desde lejos se escuchaba la tormenta
con su grito de sílabas trabadas
alargadas
mal agüeras
A media mañana
comenzó la descarga
Primero, unas pocas vocales
Pronto, alfabetos completos
con símbolos de lenguas extrañas
Morfemas y fonemas chocaban contra los cristales
rebotaban en los coches
en los paraguas
Horas después, las gárgolas vomitaban palabros
algunos indescifrables
que se unían, corriendo calle abajo,
formando discursos incoherentes
que los niños desmentían
saltando de charco en charco.