El ritmo y las cadencias del uruguayo asaltaron mis textos durante muchos años. Imposible no intentar imitarlo, con su sencillez y transparencia. También nací en septiembre y soy asmático, pero eso no basta.
Nacha Guevara fue la primera a la que escuché cantar sus versos. Antes de que se hiciera rockera, claro. Después, a Serrat y otros muchos.
A Benedetti lo vi por primera vez junto a Viglietti. Creo que fue en el Teatro Pérez Galdós, precisamente con el espectáculo que encontré en el youtube. Años más tarde, en el Paraninfo de La Laguna lo invitaron para conmemorar un día de Canarias y una independentista arremetió contra él por dejarse utilizar en semejante acto colonial. El hombre, asombrado, confesó su desconocimiento de todo lo que le achacaba a gritos, con ese aspecto sencillo, de eterno oficinista, en las antípodas del boato de otros intelectualoides al uso.
Benedetti is dead!
qué bonito, Javier!
A mi me encanta el poema «Hagamos un trato» le comencé a conocer a raiz de encontrar un trozo de él en un poster, luego fui descubriéndolo poco a poco, es una pena que algunas personas tengan que dejar de existir