Estética electoral

Tengo la certeza de que buena parte del electorado decide su orientación de voto en función de criterios estéticos. A casi nadie se le esconde que muchos simpatizan con una opción política como resultado de un análisis intelectual similar al que usaron para hacerse del Madrid o del Barça. No sé si ellos lo tienen claro, pero resulta evidente que los asesores de los candidatos lo llevan bien estudiado.

No es broma. Por favor, si alguien ha escuchado algún argumento de peso en esta campaña (o en cualquier otra fecha), que levante la mano y nos lo cuente.

La campaña del PSOE es como una historieta de Chopito y Chaporro: «Cuidado que vuelve la derechona». La del PP, un «fuiste tú, fuiste tú. La crisis es culpa tuya». CC-ATI, directamente, nos echa un cuentito infantil, el de las islas perdidas que se quedan mudas si ellos no salen elegidos.

Así que, por contenidos, difícil nos ponen la elección.

Haciendo oídos sordos a tanta chorrada, si nos fijamos sólo en la estética, en lo que en realidad nos están vendiendo, pues tampoco resultan muy agraciados, la verdad.

A Claudina ni la sobredósis de Photoshop le consigue un rostro favorecido. Hace 20 años, cuando correteaba por las frías calles laguneras, estaba mucho más mona. Será porque entonces no se maquillaba ni usaba el tuneo virtual. Aunque claro, con veinte años menos, ¿quién no?

A JFLópez lo retocaron tanto que acabaron marcándole más las arrugas. ¡Parece más viejo! Y algo que nunca he entendido de este hombre: con el poco tiempo libre que debe tener, todo el día pegado al móvil para dirigir el PSC, ¿cuándo porras se pone moreno? Si parece la versión sociata del pepero valenciano.

Por si fuera poco, el pitagorín JuanFran no es nada mitinero. Es como verse de juerga al empollón de la clase. No pega. En sus muchos y disciplinados intentos, logra más parecerse a un telepredicador de los que pueblan los canales sudamericanos. Hugo Chávez incluido.

Mayor Oreja es quizás el más fiel a sí mismo. Tiene la imagen de derechoso recalcitrante de toda la vida, escrupulosamente coherente con su discurso retrógrado. A éste no hay software que lo maquille.

Lo poco que he visto de IU tampoco resulta muy halagüeño. Su vídeo, sin contenidos, parece hablar de catarsis y desahogo de la frustración acumulada, en plan manual de autoayuda: «Vota por un rojo enchaquetado y libera tu adrenalina». Algo así parece decirnos.

Visto lo visto, el próximo domingo no lo tenemos nada fácil. Pero, gane quien gane, ¿cambiará mucho el guión o, apenas, el decorado?