Vuelvo al agua y la sal
a la ingravidez de la marea
en el atardecer de un nuevo verano
La espiral me devuelve
al niño de cuerpo de pez
que juega a incorporarse al empuje de la ola
Me trae la ilusión de la orilla
el revolcón fresco de la espuma rota
Vuelvo al agua y la sal
a la ingravidez del verano
a dejarme mecer
flotando entre las calmas
al cosquilleo de la arena bajo los pies
al brillo de las piedras mojadas
Vuelvo al salitre
al silencio del rompiente
a la cabeza sin palabras
Vuelvo al agua y la sal
Aunque ésta sea otra tarde
de cualquier otro verano.