en el borde de la cama

en el borde de la cama

Sentada en el borde de la cama contempla el sueño de su compañera y guarda silencio. Un silencio inquieto, como si esperara la concurrencia de una cascada de milagros. Anhela un despertar renovador, un abrir de ojos metamorfósico, del que vuelva reencarnada en la que fue, en aquella con la que compartió la vida hace años.

La imagina levantarse rebosando ilusiones y sonrisas, derrochando afecto, con energía, ideas, ganas de cuestionarla y cuestionarse, de inventar y construirse.

Sentada en el borde de la cama, sueña que despertará la persona que inventó para ella; la que al dormirse sabía que no era; la que, se resistía a admitir, nunca fue.

Cada mañana

escalera al mar web

Uno, dos…

Tuvo que contar hasta tres antes de salir ahí fuera.

Ya no quedaban lagos mansos

transparentes

puros.

Y sabía que lejos de esta orilla

las corrientes eran más adversas

cruzadas

imprevisibles.

Superar la tentación de quedarse para siempre

salir a buscar otras vidas

otras mareas…

La contradicción de cada mañana.

Como boliches

Javier López

Javier López

Como un puñado de boliches corriendo calle abajo

coloridos

brillantes y desordenados.

Los hay que avanzan veloces y solitarios

dan vueltas sobre sí

y se abren paso sin mirar a quienes van a su lado.

Algunos chocan bruscamente y se separan para siempre.

Otros bajan juntos todo el trayecto, aunque a veces tropiecen y suelten chispas.

Unos pocos zigzaguean sin prisas

comparten tramos de recorrido

a ratos con unos

a ratos con otros

hasta que la pendiente los separa

o, en un giro triste,

quizás fraterno,

ven partir la compañía

que sigue de largo

por otras encrucijadas.